Naidu Benítez Vargas es la primera mujer militar que hoy lidera operaciones de desminado humanitario en el departamento de Caquetá.
El sueño de Benítez inició cuando era tan solo una niña, y veía a su hermano mayor, un soldado profesional, portar con orgullo el camuflado. Benítez decidió ingresar al Ejército Nacional hace cerca de seis años para convertirse en una de las primeras mujeres de Arma. Es cabo segundo del Ejército, y se desempeña como líder de operaciones en el Batallón de Ingenieros de Desminado Humanitario N.º 1 con injerencia en el Caquetá, el lugar que además de verla nacer es el escenario donde trabaja para salvar vidas, misión que cumple junto a doce soldados profesionales que están bajo su mando y que, al igual que ella, velan por entregar territorios libres de sospecha de minas antipersona.
Pese a lo riesgoso que puede llegar a ser limpiar áreas de explosivos y municiones abandonados, ella expresa que su mayor satisfacción es ver la alegría de los niños, la gratitud de los campesinos y el reconocimiento de la población cuando junto a sus soldados entregan zonas despejadas de artefactos explosivos, devolviéndoles la paz y la seguridad a su territorio.
La cabo Benítez es una mujer carismática y divertida, pero que con disciplina, valentía y berraquera ha logrado abrirse camino en este mundo que se pensaba estaba diseñado solo para hombres. Manifiesta que, aunque no ha sido nada fácil, tampoco ha sido imposible, y recalca que además de ser mujer es líder de operaciones de desminado, labor que hoy la llena de orgullo.
Esta mujer que hoy como muchas mujeres se destacan a nivel mundial, tiene 29 años, es tecnóloga en Derechos Humanos, hija de un huilense y una caqueteña, la segunda hermana de cuatro hijos, que, además de sentirse honrada de ser una mujer militar, es una apasionada por la lectura, la música y el fútbol, actividades que practica cuando no está portando su uniforme.
Benítez nos cuenta que han sido grandes los sacrificios que ha tenido que hacer para estar donde hoy se encuentra, uno de ellos es el estar lejos de casa, de su mamá, papá y hermanos, pero el agradecimiento de la gente es de las cosas más bonitas que ha recibido. Lleva más de año y medio en este batallón en el Caquetá, e inicialmente ingresó a hacer labores de desminado en la vereda La Soledad, en el municipio de Puerto Rico, donde estuvo cerca de cinco meses liderando las operaciones de desminado. Actualmente, se encuentra en la vereda La Nutria, en el municipio de La Montañita, acompañando más operaciones de desminado humanitario.
Hoy gracias a las oportunidades que ofrece el Ejército Nacional, Benítez desempeña labores importantes dentro de la institución, siendo inspiración para otras mujeres que también desean ser parte de este selecto grupo de hombres y mujeres que a diario trabajan por la seguridad y defensa de las familias colombianas, contribuyendo a la construcción de un país más seguro para todos.
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